lunes, 30 de enero de 2017

CELOS



   No tuvo niñez, desde que murió papá y mamá tenía que trabajar, él todos los días cuando regresaba del colegio tenía que cuidar del odioso nene, mientras con rabia escuchaba desde la ventana como sus amigos apuraban la última luz del día jugando alrededor del faro y como el mar rompía con furia contra el acantilado. Mamá le tenía prohibido acercarse allí. 

   Aquella tarde cuando su madre lo vio, solo, volver por el camino del faro y ante su insistencia de donde estaba el pequeño, él, con la mirada perdida y dibujando una tenue sonrisa, solo acertó a decirle –“el nene quería volar como una gaviota y yo le he dado un empujoncito”.   

(relato publicado la 5ª semana de Enero/17 para la web solidaria https://www.cincopalabras.com/)


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