viernes, 5 de mayo de 2017

BOTÍN DE GUERRA


   Los prisioneros eran todos unas nenazas, tan solo sabían llorar. Aquellos que se atrevían a decir algo, solo articulaban el mismo mantra: “te quiero mucho mamá”. Hubo que someterlos a diversas torturas para obtener su confesión. Solo entonces, pasaron a disposición del Tribunal Supremo de nuestra gloriosa Revolución del 6 de enero. Tras un juicio sumarísimo se dictó la sentencia, fueron condenados a la pena capital. Al amanecer, en el patio trasero de casa, despojados de todas sus ropas y pertenencias, los ejecuté a garrote vil. 

   Por fin, este año, los Reyes Magos, no tendrán excusas para no traerme muñecas nuevas.



4 comentarios:

  1. Madre mía, qué peligro. No quiero pensar qué hará la criaturita cuando se entere de que los reyes no vienen exactamente de Oriente.
    Espeluznante, Javier.

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    1. Pues yo tampoco quiero pensarlo, este niño es de armas tomar.
      Gracias por tu visita, Patricia.
      Besos.

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  2. Es un relato escalofriante. Qué peligro de criatura.
    Muy bueno, Javier.

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    1. Sí, Carmen, una criatura muy peligrosa. Espero que los Reyes Magos le traigan muñecas.
      Gracias por tu visita, Carmen.
      Muchos besos.

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