jueves, 21 de diciembre de 2017

FABIOLA NO ES SOLO UN NOMBRE DE TARTA




   Soy la cuarta de siete hermanos. Como mi familia es muy musical, nos ponían nombres relacionados con instrumentos. El mío, Fabiola. Sí, debería ser con uve, por eso me llaman, Fa. Me gustaba poco hacer faenas. Era más de fantasear mucho, fabular historias y fagocitar libros. Me ordenaron que dejase de hacer el fantasma. Y comencé a trabajar en una farmacia, pero no. Luego, en una factoría de farolas. Aquello era fatigoso. Caí en una depresión, perdí el apetito, acabé famélica y fachosa. Quise ser cantante y, dado mi estado de ánimo, me fascinaron los fados. Aunque lo mío eran más las faldas de faralaes y los fandangos. 
  Un fabricante de estrellas me facilitó las cosas y me lanzó al fabuloso mundo de la farándula. Era, Fa y sus limones salvajes del Caribe. La fama al fin. Salía en televisión, en revistas… Pero la fastidié al alternar con facinerosos. Me estrellé.
   Ahora, como querían mis padres, me dedico a interpretar música. Toco el fagot en plena calle. Aunque paso la mayoría del tiempo acodada en la barra de un bar, ya que debo cumplir eso de: instrumento de viento-madera de caña doble.


(Relato escrito para el "V Concurso nacional “Tono Escobedo” de relatos breves" de la editorial Editorial defotolibros)
(Tema del concurso: las 7 notas musicales, yo elegí la nota: FA)
(Este relato ha sido escogido por el jurado para incluirlo en el libro recopilatorio: "Las 7 Notas Musicales")

Imagen: Andrei Kovalev



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