jueves, 5 de julio de 2018

LA SALVACIÓN


   Cuando todos estábamos sentados en nuestros bancos, comenzó su sermón dominical con voz clara y potente. Nos dijo que debíamos tener fortaleza frente a las provocaciones de nuestros adversarios. Que con tesón y sacrificio lograríamos la salvación. Pero, que deberíamos colaborar con nuestros compañeros, ya que todos andamos por igual camino y deseamos alcanzar el mismo fin: la gloria eterna. Estaba seguro de que por una vez habría justicia, pero que para ello debería imperar la templanza en todas nuestras acciones.
   Al oír sus últimas palabras muchos comenzamos a rezar. Nos levantamos todos tras nuestro entrenador y enfilamos la puerta del vestuario hacia el centro del campo para comenzar el partido.

(Relato presentado al concurso de Editorial Zenda #historiasdefútbol)



2 comentarios:

  1. Ese entrenador haciendo de guía espiritual, sólo faltó la figura del púlpito para su arenga

    Muy bueno. Un abrazo y feliz viernes

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    1. Muchísimas gracias por tu comentario.
      Feliz viernes y mejor fin de semana.
      Besos.

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