Soñar despiertos era nuestro juego favorito cuando éramos jóvenes y navegábamos entre nubes de cerveza. No contábamos las horas, las exprimíamos como únicas, como las últimas. No teníamos nada que celebrar, pero tanto por beber. Incluso, dejamos de fumar por no tener tiempo para toser. Durante la madrugada, la música taladraba nuestros cerebros, ya agujereados por el éxtasis y el alcohol. Entonces, lo único que nos faltaba era el tiro de gracia: volar. En el momento en que logramos despegar, la vida se nos escapó entre los dedos.
Para escribirlo te dan la frase inicial y final.
Fotografía de Joshua Earle en Unsplash.
Que bonito relato
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos
La juventud, qué hermoso tesoro. Pena que lo valoramos luego
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día
Evocador, Javier. Aplausos
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario, Yolanda.
EliminarBesos.
Me encanta, aunque duela.
ResponderEliminarMuchas gracias, Margarita.
EliminarBesos.
Muy buenos días, me encantó son la pura verdad, gracias amigo por compartir
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