Junto con mis amigos he formado el club gastronómico Delicatesen. Buscamos nuevas experiencias con todo tipo de alimentos, cocinados aplicando las últimas técnicas y presentados de forma especial.
Hoy, Miguel, nuestro anfitrión, ha dispuesto un menú espectacular. En el comedor, sobre la mesa, yace una mujer desnuda, de piel suave y tersa, cubierta de delicias culinarias. Al contemplarla, nuestras glándulas salivares se excitan y otras partes de nuestro cuerpo también.
Nos colocamos a su alrededor. Hugo se sitúa próximo a la entrepierna. A Miguel le gusta chupetear entre los dedos de los pies. Marcelo apunta su mirada a los senos cubiertos de miel. Felipe se ha posicionado cerca del rostro y yo, a su lado. Con los primeros acordes de la banda sonora de La Gran Comilona, comenzamos a devorar aquel exquisito manjar.
Felipe me mira asombrado al abrir los párpados de la joven. Pero en esta ocasión, he sido más rápido. Le muestro entre mis dientes como saboreo lo más exquisito de nuestra bella cena.
Relato escrito a partir de la fotografía de Yung Chen Lin
Jolines. Una escena evocadora donde las haya, con un final inesperado
ResponderEliminarUn abrazo y feliz lunes
Muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos y feliz lunes.