Se mancha los dedos de harina al recoger el paquete con las dos pizzas. Una margarita y la otra cuatro quesos, siempre las mismas, después de tantos años no es cuestión de cambiar de costumbres. De camino a casa, ese calor entre sus manos y el aroma a gorgonzola le hace recordar. No olvida esas comidas familiares de los domingos, con María y los niños, que se perdió durante su ingreso en aquella clínica mental. Como siempre pone mesa para cuatro. Aunque, sabe que habrá ausencias. Corta las porciones con precisión quirúrgica. Al igual que seccionó aquella noche sus cuellos mientras dormían.
Etiquetas
- #ComparteTuAmanecer (53)
- #MartesDeTuitsAMano (103)
- #RecordandoWonderland (13)
- 5 Palabras Solidarias (169)
- 50 palabras (30)
- Abogados (26)
- Bailar la Vida (112)
- Con_5_Palabras (19)
- Diversos Relatos (33)
- DoReMicrosViajero (4)
- El Narratorio (2)
- ENTC (41)
- La Niña LLuvia (7)
- Las Lecturas del Gato (6)
- Microcuento.es (40)
- Pensamientos y más... (10)
- Poemas (4)
- Radio Castellón (13)
- RelatoImposible-AragónRadio (15)
- Relatos en Cadena - SER (22)
- Reto 5 Líneas (54)
- Story Cubes (2)
- Valencia Escribe (5)
- Viernescreativo (126)
- Wonderland (35)
- Xokoletras (1074)
- Zenda (27)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Oooohhh! Siguen sorprendiendo tus desenlaces... Genial
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario, Marí.
EliminarBesos.
Magnífico, para no variar. Qué bueno, amigo mío. Ese loco tuvo buen ojo con la precisión. Y la mantiene :-)
ResponderEliminarUn abrazo