jueves, 26 de diciembre de 2019

NOCHEBUENA

     La pasada Nochebuena, cuando llegué, se disponían a poner la mesa para cenar. De fondo se escuchaba Noche de Paz. Los pequeños, más que ayudar, estorbaban y su hermana Andrea los mandó a mirar el Belén para que se entretuvieran. Julia había salido con las amigas y, como siempre, apuraba la hora límite de regresar a casa. Me asomé a la cocina. Allí, Carmen preparaba unos canapés. El resto de los platos estaban listos para llevarlos al comedor. Cuando Julia entró por la puerta, Carmen, cargada con una bandeja, dio la orden: «¡A la mesa!». Cada uno ocupamos nuestros sitios alumbrados por las luces del árbol. Pero a Carmen le brillaban más los ojos que a los demás. Era la primera Navidad con mi silla vacía. 


Relato presentado al concurso de Editorial Zenda #cuentosdeNavidad


4 comentarios:

  1. Ya lo creo, sería una nochebuena añorante de ese hombre que se fue.

    Buen texto. Un abrazo y felices fiestas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tus palabras.
      Te deseo lo mejor para el 2020.
      Besos

      Eliminar
  2. Suerte! Ay las ausencias...

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

    ResponderEliminar