Debido a la pandemia del COVID-19, el gobierno ha decidido la evacuación de las personas de edad superior a setenta años, ya que son los más afectados. De esta manera, se evitará la fractura del sistema sanitario de la nación. Para ello se han dispuesto una serie de trenes especiales para su traslado.
Una familia al completo ha acudido a la estación para despedir a los abuelos. Todo son abrazos. Solo Juan, el mediano de sus hijos, murmura entre dientes: «Ya era hora». María, la mayor, llora sin consuelo. Sus nietos enarbolan una pancarta con un colorido: «Os echaremos de menos».
Suben al vagón y ocupan sus asientos. Como equipaje, cada uno de ellos tan solo porta un sobre. En su interior, unas pegatinas con su nombre y la dirección de uno de sus hijos.
Durante el viaje no dejan de abrazarse. Ella, con la mirada perdida a través de la ventanilla, va dejando fragmentos de su vida agazapados tras los árboles que pasan. Él se atormenta con una pesadilla recurrente: todas aquellas cosas que podría haber hecho y que no pudo o no quiso hacer.
El convoy se detiene al llegar a un cruce de vías. El revisor les avisa de que falta poco, que se preparen para apearse. De manera instintiva, todos los ancianos se abrazan con mayor intensidad.
Antes de proseguir la marcha hacía su destino final, el tren deja pasar a una locomotora, que circula en sentido contrario arrastrando un único vagón. Este va cargado con cientos de urnas etiquetadas con pegatinas idénticas a las que ellos sujetan entre sus manos.
Relato presentado al concurso de Editorial Zenda "#NuestrosMayores"
El relato debe transcurrir durante la pandemia del COVID-19.
Puede ser real o ficticio.