martes, 28 de julio de 2020

LO QUE NECESITAS ES AMOR

     Aquella mañana, el ataque nos pilló por sorpresa. No dio tiempo de hacer sonar las alarmas para alertar a la población. Cuando terminó el bombardeo y nos subimos a la ambulancia, pensamos que nos íbamos a encontrar cientos de cadáveres. Cuando enfilamos la calle mayor, en el primer soportal atisbamos dos cuerpos. Creíamos que eran los primeros, pero cual fue nuestra sorpresa que, a medida que nos acercábamos, observamos que hacían el amor apasionadamente. Lo mismo ocurría a lo largo de todo nuestro recorrido. Cientos de cuerpos desnudos desfogándose sin control, casi llegando a la orgía. Al pasar por delante de la residencia de ancianos, todos se comportaban como adolescentes salidos. Hasta las monjitas correteaban despelotadas por el jardín. Durante la travesía, tal vez contaminados por el ambiente que respirábamos, mi compañero y yo tuvimos que hacer un alto en el camino para apagar nuestra lujuria.
     Solo cuando llegamos a casa del alcalde, encontramos a él y su esposa abrazados y llorando sin consuelo en la puerta. Nos extraño verlos así, tan compungidos. Según nos explicaron, habían permanecido recluidos en su refugio desde mucho antes que comenzase el ataque.


Mi aportación al #VIERNESCREATIVO de Elena Mójer.
Esta semana el relato se basa en esta imagen de la artista Ann Lewis


4 comentarios:

  1. Bueno, yo usé la imagen en un sentido diferente, pero este texto también está bueno.

    Un abrazo

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  2. Oh.. Que chulo bombitas afrodisíacas sin freno.
    Sorprendente final
    Ssludos

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