Conocía sus tramas. Juré que jamás me dejaría seducir por sus bellas palabras para volver a caer en su trampa. Él siempre me decía que sería la última vez. Por eso, cuando vi que me iba a partir el corazón de nuevo, me parapeté tras un signo de admiración. El disparo rebotó dejando malherida a la protagonista tres líneas más abajo. Entonces, corrí hacia el último capítulo y me lancé sobre el galán, besándolo con pasión, justo antes de que el autor pusiese el punto final a su novela.
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