Fue la primera en socorrerme. Me acompañó hasta que me rescataron. Me enamoró su voz. Por timidez no he vuelto a hablar con ella. Hoy he reunido el valor necesario para hacerlo. Regreso al lugar donde ocurrió todo, tal vez esta noche esté de guardia. Llamo. No hay respuesta. Insisto una y otra vez. Me desespero…
Con los nervios, Manuel no ha visto el trozo de papel que cuelga a su espalda donde pone: “TELÉFONO EMERGENCIAS ASCENSOR ESTROPEADO”.
Foto de Antoine Barrès en Unsplash.
jajaj, muy bueno. Esa llamada con ascensor averiado, muy buen texto.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.