Era costumbre en mi pueblo regalar una pareja de cochinillos a los recién casados como señal de próspero futuro. Nos costó dios y ayuda meter en el coche a Pin y Pon, así los llamamos, para irnos a nuestra nueva casa. Íbamos como piojo en costura. A mitad de viaje se estropeó el auto y tuvimos que abandonarlo en el arcén. Y tal como estábamos, vestidos de novios y con todo el equipaje, incluidos los marranos, comenzamos a caminar hacia la gasolinera más próxima. Parecíamos Paco Martínez Soria en “La ciudad no es para mí”. Además, los animalitos no querían dar un paso y me tocaba ir arrastrándolos. Mi duda era, si no andaban porque habíamos olvidado su biberón en el coche o porque olían que llevábamos en las maletas embutidos de cerdo que nos había puesto mi madre.
Había que utilizar las palabras: UN PIOJO / PACO MARTÍNEZ SORIA / UN BIBERÓN
Fotografía: Pedro Luis Raota
Es tan imposible que es absolutamente creíble. Muy bueno. Impecable costura
ResponderEliminarUn abrazo