Todo empezó poco a poco. Al principio, dejar de hacerlo fue como un juego. Luego, pasó a ser una competición y ver quien aguantaba más. Después, vinieron las limitaciones. La prohibición. Incluso, se encontró una vacuna para que nadie cayese en la tentación. Con el tiempo desaparecieron las ilusiones, los anhelos, los deseos… Pero es que, hacerlo despiertos, era imposible.
Caímos bajo el gobierno de los insomnes, de aquellos que nunca pudieron soñar.
Fotografía:Mª José Viz Blanco
Muy duro y muy bueno tu texto. Sin nos dejan sin sueños, nada se moverá.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.