Acabamos de enterarnos que el sacerdote tiene un hermano gemelo,
-Pues habrá que hacer algo, “Ave María Purísima”, no puede ser Carmen, que ya me he visto una casa nueva con ascensor y todo. “Dios te salve María…”
-Pero sí, Elena, y eso que él muchas tardes al rezar el rosario, como hoy, nos decía que no olvidaba a las monjas del hospicio, y ahora ¡toma un hermano! Yo ya he hablado con los del cementerio para que me devuelvan el dinero del nicho que me he comprado. “Amen, Padre nuestro…”
-Ya os dije yo que no era buena idea, que cuando nos comentó que nos había puesto como herederas en su testamento a las cinco beatas del pueblo, había que ser prudentes. “Gloria al Padre, al hijo y…”
-¡Ay Santa Marta, patrona de los imposibles! Y ahora qué, ¿nos cargamos al gemelo también?
(microrrelato presentado en el mes de noviembre/16 en el concurso de http://laslecturasdelgato.blogspot.com.es/)
Me encanta como mantienes la intriga, y en el último párrafo todo toma sentido.Es muy ingenioso el marco en el q nos ha situado hoy tu relato y como herramienta el diálogo, fantástico, me gusta mucho.
ResponderEliminarGracias María José por tu visita y tu comentario, me encanta que te haya gustado.
EliminarComo verás lo he ambientado mientras las beatas rezan el rosario, ya que como tales tienen la capacidad de hablar y rezar al mismo tiempo. Y de santas tienen poco.
Un saludo y de nuevo gracias.