En esto de la fotografía comencé como todo el mundo, haciendo bodas, bautizos y comuniones. Buscando la mejor sonrisa. Aunque no siempre la gente quedaba contenta.
Como dicen hoy en día, hay que ser emprendedor, buscar nuevos horizontes. En mis nuevos trabajos al principio me centré en la foto fija. Verlos venir y clic.
Ahora me he especializado. Intento cazar grandes piezas. La dificultad es máxima, como la velocidad a la que se mueven. Me gusta el riesgo. Captar su imagen a doscientos kilómetros por hora, montada sobre mi monopatín, es pura adrenalina. La emoción que se siente al atrapar a uno de ellos no tiene precio. Pero a estos clientes nunca les gusta cómo salen en la foto.
Fotografía: Noah M. Karris
Muchas gracias por tu comentario, Julio.
ResponderEliminarUn abrazo