Esta mañana de domingo ella se ríe mientras, su esposo sube a lo más alto de la roca que hay frente al lago y, a voz en grito, le dice:
—Te avisé la última vez que, cuando volviésemos, me tiraría de cabeza.
Ella se sonríe cuando le ve coger carrerilla para tomar impulso. No puede controlar la risa al mirarle caer al agua. Y así, a carcajada limpia, en ese instante, confirma a través del móvil, que recibió correctamente el paquete, de esa empresa brasileña de animales exóticos, que contenía el recipiente con todas las pirañas vivas en su interior. Y que ahora, esperaban en el agua la llegada de su marido…
Venganza de mujer, seguramente. Muy bueno, imaginación y sentido del humor. Me encantó
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias por tu comentario.
EliminarSí, aquí se aplica eso de donde las dan las toman.
Besos