jueves, 11 de marzo de 2021

COFFEE & CIGARETTES

     Si fuese verdad lo que dicen de mí, sería la última persona sobre la faz de la tierra. Total, por lo que ocurrió aquella vez…

     Era una mañana soleada, aunque por la tarde jarreó. De haberlo sabido, no habría utilizado mi mejor cara para convencer a mamá de que limpiase por fuera los cristales del comedor, ya que conforme estaban no podía cotillear. Ella, decidida, se subió al alféizar y comenzó. Yo la sujetaba por los tobillos. Entonces, apareció una abeja (que a qué mala hora puse flores) y la solté. Ella se tambaleó, pero pude agarrarla, lástima que con el aspaviento tiré una maceta al vacío con tan mala fortuna que golpeó en la cabeza del Anselmo, el del tercero, que estaba asomado fumando y allí se quedó. Se montó tal follón que acudieron: policía, bomberos, ambulancias... Y menos mal, ya que cuando me llevaban detenida, se escuchó una explosión. Grité: “¡La cafetera!”. Con el jaleo, la había olvidado. Aquello hirvió, apagó el fuego y el gas... Y como mi Mariano tenía la mala costumbre de encenderse un cigarrillo al levantarse… pues que salió por los aires junto con el piso.

     Ven cómo el fumar mata. Y luego dicen que soy gafe.


Relato escrito para microcuento.es en su sección microcuento.es/cuentos-cortos/ para el mes de Febrero/21


Fotografía de Annie Leibovitz

3 comentarios:

  1. jaja qué cadena de sucesos, pero si estaba de explotar el piso lo hizo :-)

    Un abrazo, y feliz día, sin café

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  2. Jejeje. Cuantas veces ocurre el efecto dominó. Sin malicia, sin pensar. Buen relato Javier.

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