El día que a Juan le leyeron el futuro, lo hicieron solo una vez. Era la primera ocasión en que sabía lo que le iba a ocurrir. Lo que le dijeron estaba condicionado por su pasado anterior, que fue un pasado imperfecto. Debido a ello tampoco le auguraron un futuro perfecto. Incluso, tal vez no le valiese la pena vivir el presente, ya que estaba todo decidido, dictado. Su destino se había conjugado de todas las formas posibles. Aquello solo era cuestión de tiempo, hasta que el tribunal señalara de forma imperativa la fecha exacta para aplicarle la pena capital.
Microrrelato finalista del concurso del programa Wonderland/RNE4 03/03/2018
Bárbaro ese final que acaba súbitamente con la filosofía del vivir.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz día
Muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarBesos
Como siempre manteniéndonos en la lectura por el final imprevisto. Gracias
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Margarita, por tus palabras.
EliminarUn beso.