A través de los cristales del ventanal, contempla ensimismada el vuelo de un colibrí que rompe la monotonía y el silencio de la tarde. Su aleteo, en torno a la maceta de romero que hay sobre el alféizar, le hace recordar sus tiempos de bailarina, cuando la música daba alas a su cuerpo para dibujar sentimientos en el aire.
Cuando comienza su mente a sentir, de nuevo, el movimiento, entra su madre en la habitación: Victoria ¿te bajo un poco la persiana para que no te moleste el sol?
Ella, desde su cama, pestañea dos veces para decir que no.
Relato GANADOR en el programa Wonderland RNE4 del 16-06-18, en este enlace puedes escuchar la valoración del jurado
Fotografía titulada Wonderland de Heather Coronel
Ese final impacta. Muy bien trabado.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarBesos.