martes, 22 de noviembre de 2016

INMERSIÓN



     No era el mar pero se le parecía y más aquella tarde de finales de verano, cuando navegando con mi esposa por el lago de repente se desató el diluvio. Ya me habían avisado en el pueblo que se avecinaba tormenta, aún así la convencí para salir.

    Ella nunca había querido aprender a nadar, por eso a nadie le extraño lo ocurrido cuando se cayó por la borda. Hice todo lo posible para solventar aquella situación, pero no pude evitar sonreírme al ver sumergirse en el agua su incrédulo rostro tras pisotear sus manos con las que se aferraba al borde de la barca.


(relato escrito para Relatos en Cadena - Cadena SER - 3ª semana Noviembre)

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