Una mañana de lluvia de un día cualquiera. Unos padres. Una llamada a la puerta. Unas palabras acuchillando el instante. Un grito sordo. Un dolor irrespirable. Sollozos que adormecen el silencio. Un ¿cómo?, un ¿cuándo?, un ¿dónde?, un ¿por qué? Un millón de preguntas con pocas respuestas. Vidas que el azar cruza y el destino convierte en recuerdo imborrable.
Él sigue mirando hacia atrás cada vez que pasa, huyendo de nuevo, escapando como aquel día, cuando bajo brumas de alcohol y lluvia aceleró lejos de allí. Dejó enterradas en aquella esquina muchas vidas: la de la niña, la de los padres y la suya.
(Relato inspirado en la fotografía de Tom Waterhouse)
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