Nadie nace puta. Te hacen. Desde que llegamos aquí, nos obligaron, nos esclavizaron. Era sexo a cambio de tiempo, de vivir un poco más. Cada día, una violación, una paliza. Te humillan. Te venden como un simple objeto. Los culpables son ellos, los hombres. Poco a poco, tu rostro desaparece, ni sientes ni padeces. Solo sobrevives hundida en la náusea.
Ahora, intentamos huir. Volver por donde vinimos. Regresar al mar que nos escupió a esta tierra de sepulcros blanqueados. El miedo nos hace mirar atrás vigilando que no nos agredan por última vez, antes de desaparecer para siempre.
Relato escrito a partir de la fotografía de Andreas Maria Kahn
Pues impacta amigo, qué buen texto para una imagen extraña e inquietante.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarBesos.
Tanto el relato como la fotografía son conmovedores. Saludos.
ResponderEliminarFran, muchísimas gracias por tus palabras y por tu visita.
EliminarUn abrazo.