lunes, 15 de junio de 2020

CLIC

     Escuché: «¡Di pa-ta-ta y ya está!» —pero junto con el clic también le oí decir: «¡Amén!» —y la verdad, no entendí el porqué del amén. Si con decir que me había hecho la fotografía bastaba. Aunque lo cierto es que la mañana estaba resultando algo extraña. Todo sucedía de otra manera. Todo estaba cubierto de un peculiar silencio. Ni ladraban los perros ni se escuchaban las gallinas. Y luego estaba lo de taparme los ojos con una venda. Otras veces, cuando jugábamos en el corral a ¿cómo te gustaría fotografiarte si te murieses hoy?, no lo habíamos hecho así. Siempre nos poníamos algún ramo de flores o algún velo sobre la cara y nada más. Como mucho, en una ocasión cogimos el vestido de amortajar de la abuela, que guardaba en el cajón de su cómoda. Pero lo de la venda en los ojos era la primera vez.
     Después del amén vino aquel silbido que cortaba el aire. Aquel impacto. Aquella quemazón. Aquel dolor. Aquel fundido en negro. Entonces, comprendí que aquel clic no fue el de su cámara de fotos…



Relato escrito para EstaNocheTeCuento-2020 ContARTE - FOTOGRAFÍAS 
RELATO MENCIONADO POR EL JURADO


4 comentarios:

  1. Pero qué buen texto. Cómo consigues atraparnos en tu texto. Pobre niño jugando, que acaba siendo realidad, sin foto alguna.

    Un abrazo

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  2. Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario.
      Lo has resumido muy bien.
      Besos.

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