Desde que padre estaba enfermo, conectado a aquella máquina, su carácter se había vuelto más insoportable cada día. Me trataba sin misericordia ni compasión. Había borrado la palabra ternura de su corazón: «¡Tengo fríos los pies! ¡Cierra la ventana! ¡Además, me molesta ese ruido del jardín!» —rauda me levanté y obedecí. Aunque a mí ese sonido me tranquilizaba. Al cabo de un rato, bramó: «¡Tengo calor! ¡Dame agua!» —de inmediato, acaté sus ordenes. Aquello era siempre igual. Inaguantable.
Después del enésimo insulto de la noche, cuando se durmió, me acerqué a la cama. Pulsé todos los interruptores y cumplí mi compromiso de contar hasta cien. Luego, abrí la ventana. A partir de ese momento, en la habitación solo se escuchó el zumbido de los aspersores del jardín.
Las palabras son: ENFERMO / MISERICORDIA / COMPASIÓN / TERNURA / COMPROMISO
Fotografía de Celeste Horrocks en Unsplash
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