Hacía tiempo que lo tenía todo planeado. Estaba harto de que su vecino no le dejase dormir con aquella música del demonio a altas horas de la madrugada. El día elegido irrumpió en su casa. No le hizo falta encender la luz, conocía bien el camino. En su mano derecha blandía con firmeza un martillo, que, a su paso, iba arrastrando sobre la pared del pasillo. El viento soplaba a través de las rendijas de las ventanas, haciendo el escenario más aterrador. Si la venganza se sirve en plato frío, él la iba a saborear. Al entrar al dormitorio se lo encontró parpadeando. Se aproximó y, sin remisión, comenzó a asestarle un golpe tras otro. Quería asegurarse que enmudecía para siempre aquel maldito radiodespertador.
Las palabras son: LUZ / FIRMEZA / PASO / VIENTO / SABOREAR
jaja, un final genial, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias!!!!!
EliminarBesossss
¡Me encantó el final!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras.
EliminarUn saludo.
¡¡Jajaja!! Tú y tus sorprendentes finales. Felicidades por sorprendernos en tus historias.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras, Margarita. Me alegro que te gusten mis finales.
EliminarBesos.