Roto, como todo en su vida, guarda en su armario el vestido que le quitó a su hermana y que papá le arrancó cuando se lo vio puesto mirándose frente al espejo. Allí esconde sus recuerdos, sus secretos, sus primeras citas clandestinas y sus sueños de mujer. Lo cierra con llave y la oculta, para que nadie vea, para que nadie encuentre.
Mientras acaba de ajustarse la silicona bajo el sujetador, piensa que hoy, de nuevo, deberá aguantar las burlas cuando, calzada sobre sus tacones, se acerque al mostrador al escuchar en boca del funcionario de turno su nombre, Javier...
Microrrelato finalista del concurso del programa Wonderland/RNE4 25/02/17
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