martes, 16 de mayo de 2017

PITOS O ROSQUILLAS





     Desde ese día nadie vende barquillos en el parque. Y es que a Isidro las francesas, aunque fuesen tontas, le gustaban más que la tortilla española. Se lo decía su tía Javiera: “Te perderán las mujeres”. Para él la vida era una ruleta, le gustaba verla girar. Por eso en la verbena, tras tomarse más chatos que claras, fue arrimársele una minifalda y marchar con ella al callejón. Pero la rubia, que resultó tener más pito que rosquilla, le clavó un cuchillo, sacándole todo el dinero y los entresijos. Y dejó al barquillero, sobre un charco tan colorado como un botijo de Alcorcón, más tieso que la mojama.


(relato escrito para Relatos en Cadena - Cadena SER - 3ª semana Mayo)















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