No tuve que insistir, ella se adapta a cualquier circunstancia y en cuestión de sentimientos tiene una gran resiliencia, es capaz de aguantar mis golpes, secar sus lágrimas y volver a quererme. Por ello cuando le propuse realizar juntos este último viaje dijo que sí, le conté que sería como una transformación, como si fuésemos una crisálida naciendo a una nueva vida, y le dije –“así todo lo mío será tuyo”.
Pero algo ha salido mal, ya que no acierto a comprender como es posible que pese a dejar escrito en la nota junto a la pistola -“queremos estar juntos para siempre”- a ella se la llevan en ambulancia al hospital y a mí al tanatorio.
Impactante relato. Es increíble que se puedan decir tantas cosas con tan pocas palabras.
ResponderEliminarEnhorabuena
Gracias Conchi por tu visita y tu comentario, me alegra que te haya gustado.
EliminarAcabo de ver tu blog, te visitaré.
Un abrazo.