Con estas líneas sigo el reto iniciado por Marifa en su blog y continúo la historia, invitado por mi amiga Patricia Richmond, en su blog podéis encontrar un enlace para leer los textos anteriores.
Me giré, una rubia despampanante nubló mi mirada, portaba dos copas y con voz sensual me dijo: ”Le apetece, es champagne de oro con aromas a zarzamora. Le contesté: “Es preciso tomar de a pasito cuando el contenido es denso y finito”. A lo que ella respondió: “Se conjugan mejor los sabores en la misteriosa cueva de lo inimaginable”. Entonces de entre sus pechos sacó aquel diminuto chip y cuando iba a depositarlo entre mis manos se produjo un apagón…
Y el champán sin catar... Intrigante apagón. Esto promete...
ResponderEliminarPuede pasar cualquier cosa... :)
ResponderEliminar