Había llegado el momento. Por fin disponía de las agallas para mantener el encuentro tan esperado con mi padre. Tal vez así, consiga la paz definitiva entre los dos. Actuaré con la libertad suficiente para decirle la verdad. Todo lo que pienso de él y de su forma de ser. Creo que, si las cosas se hacen con honradez y franqueza, nadie se debería sentir molesto.
Cuando llegué al lugar indicado, me coloqué frente a él. Tenía preparado mi discurso, pero antes de comenzar, cogí un pañuelo y limpié el polvo de la lápida.
Las palabras son: ENCUENTRO / PAZ / LIBERTAD / VERDAD / HONRADEZ
Nunca es tarde. Bueno, a veces un poco tarde, sí.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.
Muchísimas gracias, Julio David.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que mal que espero tanto para ese encuentro !!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Lulu.
EliminarBesos.