María, desde pequeña, había tenido un sueño: ser una gran diva del “bel canto”, pero por circunstancias de la vida no había sido posible. Por ello, cuando le propusieron participar en aquel recital de arias, le invadió una marea de sentimientos.
Al fin llegó el día tan deseado. Se puso su mejor vestido, el estampado con flores de mimosa. Se subió al escenario con muchísimo orgullo. Al instante, se escucharon los primeros compases del aria “Una furtiva lágrima”, de la ópera de Donizetti. Cuando el tenor empezó a cantar, María, emocionada, comenzó a interpretarla con el lenguaje de signos.
Las palabras son: SUEÑO / MAREA / MIMOSA / ORGULLO / ÓPERA
Fotografía de Azamat Zhanisov en Unsplash.
Un final impactante.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.
Precioso e inesperado final. Felicidades
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Yolanda.
EliminarBesos.