miércoles, 18 de diciembre de 2019

LA HISTORIA (IN)TERMINABLE

     Mamá le había dicho que aquellas alas de plástico servían para volar. Gracias a ellas, su habitación se convertía en la Ciudad Esmeralda y allí, hacía magia junto al Mago de Oz. Revoloteando por el pasillo llegaba a Wonderland y jugaba al críquet con el Conejo Blanco sobre la alfombra del comedor. Luego, alcanzaba el dormitorio de sus papás para viajar con Peter Pan y Campanilla al País de Nunca Jamás. Pero mamá no le advirtió que la fantasía no existía más allá del cristal de la ventana…


Finalista en el V Concurso de Microrrelatos-2019 de la Biblioteca Pública de Godella (Valencia)


Fotografía de Allison Archer en Unsplash

5 comentarios:

  1. Pues me alegro mucho de tu merecido premio. Las alas de la imaginación al final no sirven para volar desde las ventanas, qué pena.

    Un abrazo

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