La sensación de calor que experimenté al subir al avión persistía en pleno vuelo. Al mismo tiempo, un sudor frío recorría todo mi cuerpo. Mi desasosiego aumentó al contemplar aquella luz roja. No podía apartar mi mirada. Solo deseaba que se apagase. En el instante en que aquel rótulo se puso verde y me iba a levantar, la azafata dijo: “Permanezcan sentados en sus asientos con el cinturón de seguridad abrochado. Vamos a entrar en una zona de turbulencias”. Para turbulencias las mías. No aguantaba más. Hubiese vendido mi alma al diablo por haber podido ir al cuarto de baño. Ya no hubo remedio…
Relato publicado 4ª semana ENERO/20 en la web solidaria cincopalabras.com
Las palabras son: CALOR / AVIÓN / LUZ / MIRADA / ALMA
Fotografía de Killian Pham en Unsplash
Toda emergencia que se precie requiere de atención inmediata y no entiende de otros pormenores.
ResponderEliminarUna intriga divertida, una situación que podría no ser ficción.
Un abrazo grande, Javier.
Muchísimas gracias por tus palabras, Ángel.
EliminarUn abrazo enorme.
Pobrecito. Qué mal rato tu personaje :-)
ResponderEliminarUn abrazo y feliz finde
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarSí, un rato horrible.
Besos y feliz fin de semana.