Acercándose un poco más al límite donde se esconde el eco del miedo, allí, ella desnuda su alma. Allí, anidan sus silencios, se apagan sus miradas y sus sueños rompen sus alas. Allí busca, los abrazos perdidos, las caricias quebradas, las palabras… Las palabras que hicieron sangrar sus cicatrices y le dieron el último impulso hacia el abismo. Sabiendo que esta vez, sin él, no podría volar.
Esta semana el relato se basa en la siguiente fotografía.
Magistral,como todo lo que escribe maestro
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras.
EliminarUn saludo.
Lindo post, como sueles escribir. Un precioso post
ResponderEliminarUn abrazo