Cuando te vi allí, como él te comía con sus ojos. Y tú, con tu mejor sonrisa, te ofrecías toda a él, no lo pude evitar...
Te lo dije, o mía o de nadie más... Y el rojo lo cubrió todo.
*nota: nunca un hombre se puede creer dueño de una mujer.
Siempre contra la violencia de género #NiUnaMenos
Fotografía: Daniel Rueda
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