“Unos cardan la lana y…” Ello lo supe en el momento que entré en la sala del juzgado y aquel abogado, enfundado en su toga, con su verbo fluido me violó otra vez. Argumentó que el acusado estaba bajo los efectos del alcohol y que la denunciante llevaba tacones, minifalda y un escote pronunciado.
Estaba claro a quien iba a creer la justicia. Por eso, cuando dictaron la sentencia proclamando su inocencia, sabía que hacer: armarme de la fortaleza suficiente para suicidarme.
Dejé una nota junto a mi cadáver que ponía: Tú eres el único responsable de esto, papá.
Las palabras son: TOGA / TACONES / JUSTICIA / INOCENCIA / FORTALEZA
Tremendo. Muy duro el post. Pero muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos