“Nada puede ser tan malo como eso que hicimos y nunca olvidamos, como eso que nos hicieron y nunca perdonamos”. Esas palabras de mi terapeuta revoloteaban en mi cabeza como palomitas de maíz. Hasta que un día, mi mente rebosó todo ese pus y me cansé de ser tu guardián entre el centeno. Fui el primero en lanzarme por aquel precipicio, ya que mi vida no tenía valor ni para ser nota a pie de página de la tuya. Tan solo era un pósit en la memoria de tu olvido. Ahora todo tiene sentido, cuando tus lágrimas contemplan mi recuerdo bajo unos arbustos de genista en flor.
4ª convocatoria de ENTCOLORES - AMARILLO
Uf, que´bueno, amigo. Espero que sea finalista por lo menos
ResponderEliminarUn abrazo grande
Muchísimas gracias por tu comentario y tu deseo, ojalá se cumpla, es un sitio donde nunca me han elegido nada y me hace mucha ilusión.
EliminarBesos.