domingo, 6 de octubre de 2019

NI DIOS, NI AMO

     Hacia tiempo que lo debía haber hecho, pero no me decidía. Al fin, he tenido el arrojo suficiente y me he puesto manos a la obra. La verdad, ha sido más fácil de lo esperado. 


“Algún día el yunque, cansado…” 


     Además, mi hija me está ayudando. Aun cuando no para de hacerme preguntas: ¿Por qué hacemos esto tan peripuestas? ¿Por qué dejamos ese dibujo en la puerta? ¿Mamá, no escuchas ese ruido? 

“Algún día el yunque, cansado de ser yunque…” 

     Trato de tranquilizarla. Le hago ver que vamos tan arregladas porque esto es una fiesta, una liberación. Lo del símbolo es para no olvidarnos de él, ya que no hay ni dios, ni amo. 

“Algún día el yunque, cansado de ser yunque, pasará a ser martillo” 

     Lo más complicado de explicarle ha sido lo de la voz que se oye tras la pared. Sé que con el paso de los días se ira apagando poco a poco, hasta que deje de escucharse. Tan solo le digo que me cansé de ser yunque y fui martillo. Y ella sonríe.


Mi aportación al #VIERNESCREATIVO de Ana Vidal.
Relato escrito a partir del collage fotográfico de Sammy Slabbinck



2 comentarios:

  1. Ese acto, de pasar de yunque a martillo, me da a pensar que hay un tabique de más y un marido de menos :-)

    Un abrazo

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    1. Has acertado de pleno.
      Muchísimas gracias por tus palabras.
      Besos.

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