Sus gritos de clemencia llegaron cuando el rubor de sus mejillas comenzaba a desaparecer y su piel se teñía de amapola. Poco a poco se apagó el rielar de sus ojos y la luna iluminó su cuerpo frágil, roto, desnudo. Lo que empezó en una fiesta acabó así cuando él hizo oídos sordos a sus reiterados no, no, no…
(las palabras son: CLEMENCIA - AMAPOLA - RIELAR - LUNA - FIESTA)
Durísimo post. Prefecto oso de las palabras. Me encantó el uso de la amapolas y el rielar de los ojos.
ResponderEliminarMuy buen resultado. Besos
Muchas gracias por tu comentario. Ha sido difícil escribir este relato, las palabras eran complicadas de encajar, pero estoy muy contento con el resultado.
EliminarBesos.
Te quedó genial Javier...muy logrado y muy bien adaptadas las palabras al texto.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Muchas gracias, Hada Luna, por tu comentario.
EliminarBesos.