Papá siempre regresaba empapado en alcohol y secaba su ira sobre mamá. Nunca olvidaré la noche en la que, entre sollozos, oí a mamá suplicarle piedad y comprensión. Su respuesta fue un mortífero golpe, que todo el mundo tildó de accidental.
Hoy, al sentir su hedor entrar, me he hecho el dormido. Sus insultos se tropezaban por el pasillo. Al percibir el crujido del somier, me he puesto a la escucha y con atención he esperado a que roncase. Luego, he ido al dormitorio, le he colocado sobre su cara la almohada de mamá y he aguardado a que dejase de respirar.
Las palabras son: PIEDAD / COMPRENSIÓN / ESCUCHA / ATENCIÓN / RESPIRAR
Tropezando insultos por el pasillo. Qué imagen tan potente. Un texto muy duro. En verdad hay personas que no merecen vivir, como el niño de cuento entiende.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde
Muchísimas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.