Primero entoné el mea culpa, ya que pensaba que no debía habérselo dado. Después creí que había hecho el ridículo. Aún así, tuve curiosidad por verla otra vez. Ella se estaba atusando su arremolinado cabello. Pero su mirada de complicidad, el rubor que desprendía su rostro y aquella leve sonrisa, me indicaba que había sido un éxito, que habría que repetir. Que había sabido a poco aquel primer un beso.
Bonito trabajo, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tu comentario y tu visita, Rafael.
EliminarUn abrazo enorme.
Con cinco palabras clave has sabido crear un bello y tierno microrrelato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tu comentario y tu visita, Josep.
EliminarUn abrazo enorme.